Nuestra protagonista de hoy por ejemplo, ha sido testigo de como un perro lo eligió precisamente a él para que fuera su dueño. Todo comenzó en Filipinas, concretamente en Quezon City. Jaypee Barcelinia fue testigo de lo que nunca se habría imaginado y es que ese mismo día iba a compartir su asiento con un viajero muy peculiar, además de que ese compañero de asiento iba a ser adoptado por el conductor del vehículo público donde iba viajando.
La historia empieza cuando el cachorro estaba sentando justo en la parada de autobús, parecía que lo estaba esperando como cualquier otra persona espera en la parada a que llegue el transporte urbano. Cuando el autobús llegó el cachorro intentó subir pero el conductor se lo impidió.
El conductor pensaba que así la insistencia del perro acabaría pero para sorpresa de todos los pasajeros y del conductor del autobús, el cachorro no se dio por vencido y cuando llegaron a la siguiente parada el perro intentó subir otra vez al vehículo.
Jaypee, que fue testigo de todo lo ocurrido ese día, no podía creerse que este canino hubiera llegado hasta la siguiente parada corriendo a toda velocidad solo para poder subir al autobús. Recorrió un largo camino pues parada tras parada el conductor le negaba la entrada pero el cachorro volvía a la siguiente parada para que le dejarán subir.
Según el testigo, este pequeño peludete intentó nada más y nada menos que seis veces subir al autobús pero ninguna de esas veces tuvo éxito.
En las imágenes grabadas se puede ver perfectamente como el perro, cada vez que el autobús reducía la velocidad, intentaba subir por las escaleras del transporte público pero su técnica no servía para nada en el momento que el conductor de este vehículo aceleraba para seguir con su trayecto.
Al parecer en un momento dado el conductor del autobús se mostró reacio porque pensaba que este pobre perro callejero podría agredir a algún pasajero ya que es muy raro que un canino se ponga a perseguir un vehículo público.
Los pasajeros y el conductor no daban crédito, el perro no parecía querer rendirse porque a pesar de que mostraba claro signos de cansancio ponía todo sus esfuerzos por intentar alcanzar al vehículo y subirse en el. Al final el conductor abrió los ojos ante la realidad y su corazón se le ablandó poco a poco. Así que decidió parar el autobús y permitir que el pequeño canino subiera.
Finalmente, este adorable canino cansado y agotado subió al autobús y se puso a descansar en el interior del vehículo. Cuando se acabó el trayecto este pequeño se negaba a bajarse y al final el conductor se enamoró perdidamente del cachorro y acabó por adoptarlo. Actualmente el conductor cuida del pequeño canino y el perro cuida del conductor.