Un famoso y controvertido artista, Andy Warhol, dijo una vez: “Odio los museos porque hacen ver importantes cosas que realmente no significan nada”. Bajo esa premisa, cualquier cosa creada podría ser arte y cualquiera que la exhiba en un museo podría ser artista. Sin embargo, esto no es siempre así.
Esta es la historia de como Jens Haaning, artista conceptual, pensaba que había hecho el negocio de su vida cuando un museo le pagó 76,000 euros (unos 80,335 dólares) para que creara una obra de arte conceptual. Pero lo único que hizo fue mandar dos lienzos en blanco. Ahora el museo pide una indemnización.
Cómo inició esta historia
Haaning recibió 76,000 euros del Museo Kunsten de Arte Moderno de Aalborg, en Dinamarca, para hacer dos obras nuevas basadas en otras anteriores.
Se trataba de unos marcos con dinero que mostraban los sueldos medios de un danés y un austriaco, para una muestra sobre el futuro laboral. Pero el artista se quedó el dinero y mandó al museo dos lienzos vacíos llamados “Take the money and run” (En español, «Toma el dinero y corre»), diciendo que eran piezas nuevas y “mejores” que tenían que ver con el tema de la exposición.
El creador de la obra afirmó que su intención era denunciar los salarios precarios y que el incumplimiento del contrato formaba parte de su expresión artística.
“No creo que haya cometido un robo… He hecho una obra de arte, que es tal vez 10 o 100 veces mejor de lo que habíamos planeado. ¿Cuál es el problema?”.
Declaró en su momento.
Denuncia por arte «deficiente»
El museo no se quedó de brazos cruzados y lo demandó ante la justicia. Y ahora, tras casi dos años de proceso judicial, un tribunal de Copenhague ha fallado que el artista debe devolver todo el dinero.
Sin importar el propósito de sus obras, el Tribunal Municipal de Copenhague estimó que la obra era “deficiente” en comparación con lo pactado en su contrato con el museo de Kunsten, ya que se había comprometido a entregar dos piezas distintas.
El artista perdió el juicio y tuvo que devolver el dinero que le habían prestado para la obra, menos una pequeña cantidad por concepto de exhibición (5,730 dólares). Además, el museo no violó sus derechos de autor, según dictaminó el tribunal. El artista también tuvo que pagar los costos del proceso.
¿Justicia o fraude?
Según el artista, pintar las obras le salió por más de 3.000 euros, así que decidió mandar dos lienzos vacíos. No consideró que fuera un hurto:
“Animo a otras personas que tienen condiciones laborales tan miserables como las mías a que hagan lo mismo. Si tienen un trabajo de mierda y no les pagan, y encima les piden que pongan dinero para el trabajo, entonces que cojan lo que puedan”.
El museo afirmó que no habían violado el contrato y que siempre se habían comportado de forma profesional y justa con los artistas, pagándoles una remuneración adecuada.