Sobrellevar y superar las adversidades de la vida, como es el caso de tener un ser querido con la enfermedad de Alzheimer, genera sufrimiento pero, a la vez, nos puede hacer crecer interiormente y, a menudo, modificar nuestra escala de valores y prioridades.
Esa capacidad de sobreponerse a situaciones adversas y obtener de ello un mejor autoconocimiento y aprendizajes de vida es característica de una persona resiliente.
¿Qué es la resiliencia?
La resiliencia se construye a partir de la vivencia del sufrimiento emocional y nos ayuda a mantener o mejorar la estabilidad mental ante las situaciones vitales estresantes. Es algo que, a menudo, se genera de forma espontánea pero hay estrategias que pueden ayudarnos a potenciarla y que podemos poner en práctica cuando nos encontremos en situaciones vitales difíciles.
Las personas cuidadoras de personas afectadas por el Alzheimer lidian en su día a día con un cúmulo de sentimientos, que pueden ser tanto positivos como negativos, incluso contradictorios o ambivalentes. La realidad es que no hay sentimientos aceptables o no aceptables.
No podemos negar la existencia de lo que se genera en nuestro interior. Lo más recomendable es aprender a reconocer y manejar estos sentimientos y emociones. Si no son productivos para nuestro propio bienestar ni para manejar situaciones que nos resultan estresantes, debemos poner en marcha formas efectivas de gestionarlos para tratar de limitar su influencia.
Para ser una persona resiliente hay que aprender a identificar, aceptar y gestionar las emociones.
Algunos atributos personales favorecen la resiliencia, por ejemplo, la autoestima, la capacidad para resolver problemas o la competencia social. También la favorecen los apoyos familiares y sociales con los que contamos. Además, una actitud positiva también propiciará nuestro bienestar y capacidad de superación.
Te presentamos diez consejos para construir la resiliencia propuestos por la Asociación Americana de Psicología:
- Establecer y mantener relaciones familiares y sociales.
- Evitar ver las crisis como problemas insuperables
- Aceptar que el cambio es parte de la vida
- Dirigirse hacia los propios objetivos
- Ejecutar acciones decisivas
- Fomentar el autodescubrimiento
- Alimentar una visión positiva de uno mismo
- Ver las cosas en perspectiva
- Mantener la esperanza
- Otras formas útiles de potenciar la resiliencia